Los beneficios que un campamento ofrece a los más chicos de la casa son de sobra conocidos, sin embargo, existen cierta ventajas que aunque no sean TAN evidentes, son de igual o mayor importancia en su desarrollo.
En un campamento se le brinda la oportunidad al niño de crecer más allá de su entorno o rutina habitual, normalmente los niños van de su casa a la escuela, de la escuela a las actividades extracurriculares (En caso de que se practique alguna) y el ambiente en cada una de estas aporta de manera diferente al desarrollo integral del niño.
Un campamento supone un ambiente adicional con características únicas en donde el niño aprende a ser más independiente y seguro de sí mismo, hacen nuevas amistades, aprenden a socializar y desarrollan nuevas habilidades.
¿Cuáles son entonces los beneficios de ir a un campamento?
1. Nuevas formas de hacer amistades.
Los campamentos giran alrededor de sus programas de actividades, como pueden ser deportivas, talleres educativos, gastronómicas, etc. Los niños no están solos en dichas actividades. Están todo el tiempo compartiendo con otros compañeros y esta experiencia es tremendamente enriquecedora y satisfactoria para los niños, ya que encuentran personas afines a sus gustos e intereses, situación que no siempre es un hecho en sus entornos habituales.
2. Nuevas habilidades y destrezas.
Gracias a los campamentos, los niños salen de su zona de confort y asumen ciertos “riesgos” y adquieren habilidades y destrezas nuevas que hasta ahora no habían tenido la oportunidad de desarrollar y que incorporarán desde ese momento y para siempre y podrán seguir desarrollando y trabajando en el futuro.
3. Nuevas aficiones e intereses.
Un campamento ofrece la ocasión perfecta de probar nuevos deportes y actividades sin hacer la inversión que podría implicar inscribir a los niños a dicha actividad de otra manera. Además, permite a los niños sumergirse de lleno y comprobar con total seguridad si están interesados en continuar con la actividad en cuestión una vez finalizado el campamento. Y no solo eso, sino que también podrán aprovechar cada campamento para probar una actividad distinta.
4. Nuevos valores.
Gracias a los campamentos de verano, los niños desarrollan la independencia y autonomía por estar durante un periodo de tiempo (limitado) fuera de casa, aprenden a ser más seguros de sí mismos, más creativos y resolutivos, trabajan la resiliencia, desarrollando la capacidad de adaptarse a las nuevas circunstancias que se les vayan presentando en su día a día y adquieren la capacidad de ser más agradecidos y apreciar más las “comodidades” de que disfrutan en su vida y rutina habituales.
5. Nuevos recuerdos y experiencias.
Todos los recuerdos y anécdotas fabricadas durante su estancia en el campamento permanecerán en su memoria para siempre y los guardarán con mucho cariño.
Al finalizar el campamento de verano, cuando los niños regresen a casa cargados de historias y aventuras divertidísimas que contar, verás cómo merece completamente la pena apuntarles a un programa de este tipo cada verano y seguir aumentando así el número de recuerdos de su infancia que atesoren.
6. Nuevas rutinas.
En un campamento los niños aprenden a adaptarse a situaciones y entornos diferentes y no a seguir las rutinas por mera costumbre, de esta manera desarrollan la habilidad de adaptación y la resiliencia y de entender nuevos entornos y adaptarse a ellos.
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